AMELIA

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Hola, soy Amelia.

En enero del 2018 me rescataron del Centro de Control Canino de Azcapotzalco. Estaba triste, desorientada, con frío y, sobre todo, con la esperanza de que la gente que me abandonó regresara por mí. No entendí por qué me abandonaron en ese lugar al que jamás volvieron y mis horas estaban contadas.

De pronto, dos mujeres se acercaron y me sacaron de la jaula. Me subieron a un coche junto con Rony, mi compañero de celda. Me bañaron, vacunaron, esterilizaron y desparasitaron. Durante las semanas que fui resguardada por ellas, me enfoqué en ser noble, juguetona y cariñosa porque confié nuevamente en los humanos.

Tiempo después, una pareja llegó a la pensión convencida de que yo era la mascota que querían en casa. Se pusieron a mimarme y a abrazarme. ¡Hicimos clic de inmediato! Entonces me pusieron una pechera y una correa recién compradas para que nos fuéramos a nuestro hogar, porque a partir de ese momento me brindaron uno.

Hoy día formo parte de una familia que me ama, me procura dignidad, me respeta, se  preocupa por mi salud. También he decirles que merecen un aplauso mis humanos porque han tenido paciencia y cariño para educarme sin desesperarse por mis travesuras. ¿Y qué creen? Ellos nunca han pensado en abandonarme como lo hicieron mis amos anteriores. 

Gracias a que Dinah me rescató  de morir y que Mich patrocinara mi estancia en la pensión, Meli y Lalo coincidieron en mi camino para darme una oportunidad de conocer a una verdadera familia. ¡Los amo!