marzo 29, 2020
Hola, soy Cookie. Ustedes me conocieron como Luna mientras fui adoptable, pero mi nueva familia me cambió el nombre y me gusta mucho cómo me pusieron. Ahora que soy una feliz cachorra adoptada, permítanme compartirles un poquito de mi historia.
Fui rescatada junto a mi mamá y hermanitos cuando estábamos recién nacidos. Nos dejaron tirados al pie de una carretera cerca de Chalco. Por fortuna para nosotros, ángeles humanos aparecieron en nuestro camino para evitarnos un final triste.
Después del rescate, nos pusieron en adopción. En mi caso, mi personalidad hizo clic con cuatro miembros de un hogar que quedaron fascinados conmigo, por lo que tomaron la decisión de darse y darme la oportunidad de cambiarnos la vida mutuamente.
Cosas tan sencillas como dormir apapachada y calientita en una camita son experiencias novedosas para mí. Comer delicioso, ser cargada con afecto, jugar y formar parte de un hogar es algo inexplicable. ¡Estoy muy contenta!
También sé que dos de mis hermanitas peluditas ya fueron adoptadas y que mi mamita está bien luego del maltrato que sufrió. Ladraremos en rumbos distintos, sin embargo, me congratula saber que el terrible pasado ya quedó atrás.
Actualmente, mi familia humana y yo tenemos planes de irnos a un lugar del que me cuentan maravillas, porque dicen que es un paraíso con mar. Me advierten que hará muchísimo calor, no obstante, ya les dije que deben hidratarme y procurarme un espacio fresco.
Gracias a la gente que me rescató y fue fundamental para que mi presente sea fabuloso como una cachorra adoptada.
Gracias a quienes pasaron la voz para que se diera a conocer mi situación de adoptable.
Gracias a mis humanos adoptantes por enseñarme que el amor existe, que el calor de hogar que recibo es fantástico y que tengo la oportunidad de demostrarles la lealtad canina.