febrero 01, 2020
Hola, soy Taco. Ustedes me conocieron como Linus antes de ser uno de los cachorros adoptados durante la emergencia sanitaria por el coronavirus. Pero mi vida ha cambiado de forma repentina en plena cuarentena al grado de estrenar un nombre que me gusta. ¡Todavía no me lo creo!
Actualmente duermo en una camota para mí solo, hasta me sobra espacio para estirarme. Mi plato de comida lo veo enorme, pero a la hora de comer me deleito con todo el alimento que cabe en él. ¿No es asombroso? Les juro que día con día disfruto mi experiencia de tener hogar y una familia con Brian, mi humano consentido.
Cuando mi mami, mis hermanitas y yo fuimos víctimas de maltrato por parte de drogadictos, simplemente era imposible visualizar un mundo noble y esperanzador. A mi corta edad solo conocía un aspecto terrible de la humanidad.
Mi percepción cambió con la aparición de rescatistas a quienes puedo calificar de ángeles. En el momento más oportuno nos salvaron de morir con crueldad. Sin su intervención, yo no estaría contándoles mi increíble presente.
Contrario al tiempo que esperan otros amiguitos peludos, yo encontré adoptante aun siendo bebé. Brian me escogió como amigo y compañero en una época difícil para la sociedad por el tema de covid-19. Su corazón es grandísimo. En fin.
Si me lo permiten, me toca hacer travesuras, jijiji.
Gracias Susana por rescatarme y encaminar mi destino a la felicidad que me rodea el día de hoy.
Gracias a quienes pasaron la voz y contribuyeron a que fuera uno de los cachorros adoptados en la cuarentena.
Gracias Brian por ser mi humano, por animarte a hacerme miembro de tu hogar. Eres la onda, man.
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