febrero 05, 2020
Hola, soy Óreo. Fui víctima de maltrato animal al grado de que prefería morirme antes que permanecer en un mundo donde me lastimaban sus habitantes, pero algo que tenemos los perros, no sé qué sea, me dijo «lucha, hermosa, lucha».
Y luché.
No fue fácil. En la perrera de la que me rescataron me tenían enferma, sin comer y aparte me golpeaban. Ni siquiera podía cerrar los ojos por el terror, por el pánico a que la crueldad se repitiera a toda hora.
Casi muerta, literal, casi muerta fui rescatada. De inmediato me llevaron al veterinario para atender la gravedad que presentaba mi estado de salud. Padecía bordetella, infección, tos y desnutrición. También me dolía el cuerpo por culpa de los golpes recibidos. Pero más lastimada tenía mi alma perruna.
Padecí depresión, ni hambre me daba. Temblaba de miedo cada vez que un humano se me acercaba. El trauma me acompañó durante muchos meses; me daban pesadillas. El proceso de recuperación y rehabilitación implicó a varias personas que depositaron amor, paciencia, tiempo y confianza en mí. Hubo extraños que apoyaron la causa con donativos para que nada me faltara: comí delicioso, dormí tranquila en la pensión, sané.
Como les comenté al principio, luché.
Cuando menos me di cuenta, ya era juguetona, tragona y cariñosa. Le agarré demasiado amor a Dogs for Love, sobre todo en las visitas al veterinario, salidas a pasear como parte de reinserción y ferias de adopción. ¡Conocí la fascinación de andar en coche! Del maltrato animal ni me acordaba. Era una Óreo nueva, una peludita renovada al cien por ciento.
Recuperada completamente hubo un lapso en que pesqué una bacteria. Se formó en mi cabeza una especie de costra. Fui sometida a un tratamiento médico especializado para eliminarla. Esos gastos fueron costeados por extraños que cooperaron con donativos tras enterarse de lo que me pasó.
Sana y salva después del susto por la bacteria, le caí muy a bien un chico, que a su vez me simpatizó. ¿Qué creen que pasó? Exacto, lo más bello del universo. Hoy pertenezco a una familia, soy miembro de un hogar.
¡GRACIAS DAVID!
¡GRACIAS FAMILIA MEDINA BECERRIL!