abril 14, 2020
Hola, soy Chuleta, pero tú me conociste como Kichi antes de convertirme en otra de las felices mascotas en CDMX que encontró una familia durante la contingencia. Te cuento un poquito de mí.
Así como me ves, es decir hermosa por dentro y por fuera, fui a parar a un antirrábico. Alguien no me quiso en su vida, poniéndome además en riesgo de morir cruelmente. Por suerte, unos mágicos angelotes humanos aparecieron para rescatarme justo horas antes de un terrible final que pude haber padecido.
Liberada de un destino que tristemente varios amiguitos peludos enfrentan, muchos humanos bondadosos participaron en todo mi proceso de adopción para que mi vida cambiara por siempre. La suma de esfuerzos fue fabulosa para poder narrarles mi presente.
Me bañaron y me pusieron linda. Me dieron resguardo, cuidado y atenciones en hogar temporal. También me llevaron al veterinario para aplicar las vacunas correspondientes y someterme a la esterilización, aparte de tenerme sana al cien por ciento.
Hoy día puedo compartirles que soy una perrita demasiado afortunada. Olvidándome por completo de mi pasado, me atreví a confiar de nuevo en las personas, principalmente en Sergio y Carlos, dos seres extraordinarios que supieron de mí como adoptable. Bueno, soy tan encantadora que cayeron rendidos de inmediato. Soy dichosa de mi adopción por ellos. ¡Me encanta mi nombre de Chuleta! Ah, descubrí que me gusta dormir en camita.
Gracias Karla, Alma y Claudia por salvarme de la muerte, por ayudarme a reinventar mi historia.
Gracias Adriana y Elizabeth por patrocinar mis vacunas y esterilización.
Gracias Sergio y Carlos por hacerme hecho miembro de un hogar en momentos críticos para toda la humanidad, sin embargo, me transfomaron en una de las afortunadas mascotas en CDMX durante la pandemia. ¡Los amaré siempre!
CONOCE A: Simba, el galán que también fue adoptado en la crisis