mayo 07, 2020
Hola, soy Nina, una perrita en adopción con un fabuloso final en mi historia. Les comparto algo de lo que ha sido mi experiencia de rehacer mi vida.
Cuando estaba en la pancita de mi mamita, ella, mis hermanos y yo fuimos salvados por una extraordinaria persona.
Distinto a otros amigos peluditos que padecen hasta lo indeseable, tuve la fortuna de nacer y crecer en un lugar seguro y con amor. Puede decirse que me libré de experimentar desdichas como el hambre o el maltrato.
Fue difícil separarme de mis hermanitos y de mami, pero pude superarlo. Me ayudó saber que ellos también encontraron hogares llenos de cariño gracias a Dogs for Love. Eso me tranquilizó bastante.
Mi destino de ser una perrita en adopción a ser integrante de una familia cambió en cuanto mi carácter coqueto atrajo a mis humanos. ¡Estábamos hechos unos para el otro!
Al adoptarme, me brindaron techo, comida y apapachos. También me dieron la sorpresa de integrarme a una hermana lomita para tener compañía de juego y travesuras. Nos consienten a ambas como lo que somos, sus perrhijas.
Lo anterior no hubiera sido posible sin la aparición de Christian en mi camino. Sin él, no estaríamos vivos y contentos mis hermanitos y yo. Es un tipazo con un corazón más grande que la luna.
Quiero dar otro agradecimiento especial a mis nuevos papás por otorgarme la oportunidad de crecer en un ambiente íntegro, digno y de respeto. ¡Los amo!
REGÁLATE UNA SONRISA CON: Niky, un cachorro que nació para hacer feliz a su humana