marzo 31, 2020
Hola, soy Lucky, uno de los afortunados perros adoptados en CDMX durante la contingencia sanitaria. Soy un convencido de que los humanos mexicanos tienen un enorme corazón capaz de sentir en los peores momentos. Permítanme contarles un poquito de mi historia.
Aunque soy apenas un cachorrito, me abandonaron muy enfermo y desnutrido en un antirrábico. Estuve a escasas horas de morir, pero unas lindas mujeres me rescataron junto a mis hermanitos, quienes también estaban graves. Ellos murieron. La pasé bastante mal, casi no la libro, sin embargo, luché y luché porque algo en mi interior decía que me esperaba un destino maravilloso.
De forma paulatina comencé a recuperarme tras haber sido llevado al veterinario para ser atendido. Mi recuperación incluyó el estado emocional, ya que debía preservar la esperanza de que no toda la gente es mala en este mundo. Mucho tuvieron que ver mis rescatistas para hacerme notar que vivir valía la pena y merecía ser feliz.
¡Y se me cumplió!
Hoy día formo parte de una hermosa familia que se enamoró de mí a primera vista. No les importó saber que estuve delicado y que todavía necesito cuidados médicos. Les juro que no lo podía creer. ¿En serio iban a querer a un perrito con mi historial y condiciones? Pues sí. Han sido capaces de eso y más. Me han transformado en un cachorro amado, querido, consentido y apapachado.
Aparte, he conocido que lomitos y mishis podemos convivir sin problemas. Por el contrario, somos cómplices de travesuras. Eso lo supe gracias a que tengo una hermana minina con la que me llevo de pelos.
Gracias Claudia, Karla, Maribel y Alma por ser mis ángeles salvándome de morir y echándome una manota para aferrarme a vivir.
A ti Ian, mi humano. Encontrarte a la gatita y a ti es lo mejor que pudo sucederme desde que nací. Les agradezco por hacerme un ejemplo de que los perros adoptados en CDMX durante la pandemia traemos detrás a seres fantásticos como tú.
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